viernes, 22 de agosto de 2008

RUMORES OLIMPICOS

LUIS GUILLERMO FRANCO


Felicidades a Lorena Piñón por su reconocimiento en Latinoamérica

En esta semana en los corrillos de opinión se comentó mucho acerca de la posibilidad de que sea postulado a diputado federal por Xalapa, el Gobernador Fidel Herrera Beltrán. Algunas versiones periodísticas al respecto fueron el punto de partida para un amplio espectro de especulaciones en torno al futuro político del jefe del Ejecutivo Estatal. Es cierto, parte del análisis obligado de quienes ejercen el periodismo, es sugerir escenarios futuros pero estos deben ser construidos a partir de un estudio cuidadoso de las variables de carácter social y –sumamente importante- del marco legal que regula la materia hacia la que se orienta la prospectiva.

El referente es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Capítulo Tercero alusivo a la división de poderes y en consecuencia a la elección e instalación del Congreso. El punto que otorga la “idea faro”, es el artículo 55 que habla sobre los requisitos para ser diputado federal y en concreto en su fracción quinta párrafo tercero que a la letra dice: “Los Gobernadores de los Estados y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal no podrán ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones durante el periodo de su encargo, aun cuando se separen definitivamente de sus puestos”.

El numeral es contundente y aniquila la versión filtrada. La futurología carente de fundamento aspira únicamente a ser rumor de comederos políticos. Puede ser un buen experimento para la fantasía, pero aportan muy poco para una sociedad crítica ávida de información útil y veraz. En este caso por intención, omisión o simple descuido, un articulista puede estimularse la creación de suposiciones irrealizables. Por ello siempre serán convenientes los desmentidos o el instrumento legítimo de la fe de erratas. El mexicano siempre tendrá una deliciosa predilección por el rumor o chisme, por ellos es importante que se anote esta respetuosa objeción, con el ánimo de rectificar este asunto. En el tratamiento de los asuntos de carácter público se requieren de pronósticos, no de premoniciones. Un pronóstico es un juicio surgido del análisis de cuestiones asequibles y contempladas por la ley. Una premonición es un presentimiento o advertencia moral sin asideros reales, hablando coloquialmente, sobreviene de un “me late” prejuicioso y surgido de botepronto, una mera ocurrencia que es inadmisible en cualquier estudio serio que se realice.

El prestigiado maestro del periodismo latinoamericano, Juan Darío Restrepo, otorga como referencia el Manual de Estilo y Redacción del diario “El Colombiano”: “El rumor no es noticia. Publicarlo es darle entidad de hecho comprobado, con los naturales riesgos para la credibilidad del periódico y para las personas involucradas. El rumor debe utilizarse solo como una pista que puede conducir a hechos comprobables. Los testimonios de fuentes anónimas a través de cartas, grabaciones o conversaciones telefónicas deben ser examinados minuciosamente y confirmados con otras fuentes antes de su publicación. Inclusive las conversaciones telefónicas con fuentes que se identifican, deben ser sometidas a un examen de autenticidad.”

Restrepo integrante de la Fundación “Nuevo Periodismo Iberoamericano” que dirige Gabriel García Márquez, también acude al Manual de Estilo del prestigiado periódico español “El País”: “Los rumores no son noticia. Cuando el rumor sea utilizado por algún grupo como arma contra otro, se podrá denunciar este hecho, pero sin citar las acusaciones difundidas mediante esta argucia”.

Definitivamente la aspiración superior del periodismo no es compatible con ser punto de inicio para propagar rumores. Si bien es cierto que la libertad de expresión es un derecho supremo y que es imposible censurar publicación alguna, Juan Darío insta a los consumidores de información a que se utilice la agudeza para identificar lo parcial. En su curso dirigido a comunicadores de habla hispana, siempre manifiesta en su imprescindible “Consultorio Ético” que “Se debe ser usuario crítico y selectivo de los medios. Por tanto el control queda en manos del propio lector, si es que su formación le ha desarrollado la capacidad reflexiva y la habilidad para hacer escuchar sus críticas mediante organizaciones de lectores, oyentes o televidentes.”

Retomando la expresión que utilizó el Gobernador Fidel Herrera en su artículo para la OEM, “en el ecuador de la administración (estatal)”, la ética de la responsabilidad obliga a no perderse en especulaciones. La ética de quienes tienen un espacio en los medios de comunicación es informar con veracidad, pues nadie compite por el oro olímpico en la generación de rumorologías.

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